Agua en Brasil
Brasil tiene aproximadamente el 16% del agua dulce del mundo.
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Sólo el 3% de las aguas contenidas en el planeta es dulce y, cerca del 1%, está destinada al consumo humano.
Se sabe que las aguas superficiales, es decir, manantiales, lagos, ríos, sufren con las acciones antrópicas, ya sean con la contaminación o la contaminación.
Tenemos que protegerla contra acciones humanas que de alguna manera perjudiquen, dañen, contaminen o contaminen los recursos hídricos.
La distribución de los recursos hídricos en el globo es muy desigual.
Entre todos los países, Brasil es considerado privilegiado, pues concentra el 16% del agua dulce superficial en el mundo.
La escasez de recursos hídricos en el planeta se debe no sólo a la mala distribución, sino también al aumento de la demanda principalmente en países desarrollados ya la degradación de la calidad del agua. Por año, miles de personas mueren con enfermedades transmitidas por el agua contaminada, como cólera, diarrea infecciosa, entre otras.
Brasil alberga el mayor río en extensión y volumen: el río Amazonas. Este se encuentra en la región norte del país. Además, más del 90% del territorio nacional recibe lluvias durante todo el año y sus condiciones geológicas, climáticas y geográficas favorecen la formación y el desarrollo de una amplia red de ríos, excepto en la región semiárida, donde los ríos son temporales.
De acuerdo con la distribución del agua, podemos decir que los recursos hídricos en el país son también desiguales, pues si comparamos la concentración poblacional con la concentración de los recursos, éstos localizan en áreas bien distintas.
En la región norte, donde hay el río Amazonas y buena concentración de las aguas, la población es pequeña y hay grandes vacíos demográficos.
En contraste con ésta, la región sudeste, donde hay un gran desarrollo económico y la mayor concentración poblacional, no cubre un rico potencial de recursos hídricos.
En la región noreste, muchas personas sufren la escasez de agua, recorriendo largos caminos para obtenerla y muchas veces la encuentran sucia o barrenta, impropia para el consumo. A pesar de este hecho, desafortunadamente muchas personas acaban muriendo.
